Entradas populares

sábado, 5 de abril de 2014

Hasta el final, sea cual sea.

Estoy volviendo a creer.
Volviendo a creer en los cuentos, en las princesas que rescatan hombres desdichados aunque sea lo contrario a lo normal, y en los finales felices, o, mejor dicho, los no finales.
Volviendo a creer en los silencios que curan, por todo el amor que se calla porque no hay palabras suficientes para materializarlo; y volviendo a creer en palabras de amor después de todo el veneno que he escuchado y que me ha hecho dudar hasta de mí mismo.
Volviendo a creer en que se puede alcanzar la muerte en vida, si me matas con una de tus miradas y me mandas al infierno del que nunca querré salir si no es de la mano contigo, o si lo convertimos en nuestro trocito privado de edén.

Pero tengo miedo, mucho miedo.
De mí, y mi capacidad para no pensar cuando amo con locura.
De ti, y de tu capacidad de anular cualquier intento de la razón por frenar lo que va a ser una colisión contra el suelo que se cobrará mis ganas, con tan solo una mirada.
En definitiva, tengo miedo de que volver a creer signifique volver a caer.
Vamos, que no me importaría dejarme caer por el abismo que son tus pupilas. Estoy dispuesto a accidentarme por tus curvas. Pero el problema es que sé que si lo hago, tú no estarás ahí para pararme con tus brazos y dejar que caiga sobre tu pecho cuando tropiece, como tantas veces has hecho.
Y va a doler, va a doler mucho.
Mi cerebro protesta, sabe lo que va a pasar, sabe que no tengo remedio, que me voy a volver a dar de bruces.
Pero mi corazón sigue acelerando, y acelera cada vez más. Nunca he podido encontrarle el freno. Quizás por eso he estado tanto tiempo perdido.
Pero a estas alturas, ¿ya qué más dá?
Tan sólo sería un golpe más, no es nada a lo que no esté ya acostumbrado.
Tus labios dicen "ven". Tus ojos, dicen "ya".
Y mi vida dice "hasta el final, sea cual sea".

No hay comentarios:

Publicar un comentario